🌺 Día de Muertos en Tulimán, Guerrero: Una tradición que nos llena el alma ✨
En mi comunidad de Tulimán, Guerrero, la celebración
de Día de Muertos es una de las tradiciones más hermosas y
significativas que hemos heredado de nuestros papás y abuelos. Es un momento
lleno de amor, respeto y conexión con nuestros seres queridos que ya no están
físicamente con nosotros, pero que siempre viven en nuestros corazones.
Desde días previos, comenzamos con los preparativos. Las
casas se limpian y decoran con esmero para recibir a las almas de nuestros
difuntos. Se arreglan los altares con mucho cuidado, colocando fotografías de
quienes nos dejaron, pero que siempre nos acompañan en espíritu. A partir del 28,
29 y 30 de octubre, las familias visitamos el panteón para "ir por las
almas", invitándolas simbólicamente a regresar con nosotros y compartir
nuevamente el calor del hogar.
En los altares no pueden faltar el pan de dulce y salado,
algunos de estos panes decorados con las iniciales de los nombres de los difuntos, además de
frutas, agua, refrescos, cervezas, dulces y, por supuesto, las comidas
favoritas de nuestros seres queridos. Cada día, el almuerzo y la comida son
especiales; antes de que nosotros los probemos, primero se llevan al altar como
una ofrenda para ellos, nuestros invitados de honor. El aroma a copal,
flores de cempasúchil y pan recién hecho envuelve cada rincón de nuestra
comunidad, creando un ambiente mágico y lleno de tradición.
En estos días, los niños salen emocionados a las calles para
pedir el famoso "tayo", nuestra versión local de las
calaveritas. Las familias les ofrecen dulces, tamales, frutas, comida, atole,
pan y otras delicias que también forman parte de las ofrendas. Es común que, si
la ofrenda está recién colocada, te pidan regresar más tarde para compartir
contigo lo que se ha preparado.
Además, este es un momento de reencuentro para muchas
familias. Los familiares que trabajan fuera de la comunidad regresan para vivir
estas fechas juntos. El pueblo cobra vida con eventos como bailes y jaripeos,
que hacen de esta celebración algo aún más especial.
El 3 de noviembre, llega el momento de despedir a las
almas. Por la tarde, se colocan velas fuera de las casas para iluminar el
camino de regreso al panteón. Se acompaña a las almas llevando flores y
veladoras que no se consumieron, dejándolas en las tumbas como un último gesto
de cariño. Así, con el corazón lleno de gratitud y esperanza, las despedimos,
esperando su regreso el próximo año.
Esta tradición no solo honra a nuestros difuntos, sino que también fortalece los lazos familiares y comunitarios, recordándonos lo importante que es mantener vivas nuestras raíces. Día de Muertos en Tulimán es más que una celebración; es una experiencia que nos llena el alma y nos conecta con quienes siempre estarán en nuestro recuerdo.

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